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La primera cita sobre la existencia de Oliván que se tiene referencia se
remonta a nada menos que el año 1.035. Para el año 1.488 ya se señala la
existencia en este pueblo de 5 fuegos. Según el Diccionario Geográfico
Estadístico de Pascual Madoz de 1845-1850, nuestro pueblo se sitúa al
pie de una sierra en la ribera del río Gállego y contaba con “ clima
frío y vientos predominantes del norte y del oeste”. Su descripción
sigue diciendo que “consta con 44 casas de malísima construcción y una
fuente de buen agua”. Apuntaba que su terreno era áspero y que tenía una
pequeña huerta y soto en la ribera del río Gállego. Entre su producción
agraria, Madoz apunta la de trigo, judías y frutas; cría de un poco de
ganado lanar y vacuno y la caza de algunas perdices y liebres. Para
mediados del siglo XIX Madoz señala 49 vecinos y 117 almas, una riqueza
de unos 26.000 reales y una contribución estimada en otros 3.369 reales.
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En la actualidad Oliván cuenta con 18 casas y una treintena escasa de
habitantes. En los últimos años se han rehabilitado varias casas así
como otras construcciones auxiliares para vivienda. Aun así puede
decirse que todavía sigue conservando la esencia de pueblo pues
prácticamente no se ha desvirtuado nada. Sin llegar a ser abundantes,
entre sus calles y fachadas todavía pueden encontrarse diferentes
elementos arquitectónicos interesantes.
Un recorrido detenido y atento por el mismo permitirá descubrirlos.
Desde aquí vamos a resumiros de forma rápida donde se encuentran algunos
de estos elementos. En la fachada principal de Casa Colorao destaca,
además de su portalada adovelada, el escudo de armas de los Ainsa datado
en 1651. En la fachada meridional de Casa Chuán también puede verse un
interesante y original relieve pétreo en el que se combinan tanto
elementos vegetales como animales. La inscripción que aparece en el
cabecero de la entrada de Casa Marina merece ser leído detenidamente. El
conjunto de patio y corral con pasadizo y arco de Casa Ferrero también
resulta muy interesante. También en la fachada sur de esta casa se
siguen conservando los huecos de la antigua palomera. En esta misma
fachada aparecen grabadas sobre el cabecero de una ventana diferentes
herramientas propias del oficio de ferrero. Por su parte, Casa Diego
presenta un magnífico ejemplo de casa-patio en su fachada oeste. En Casa
Azón, aunque un poco oculta, todavía puede verse la que quizás sea la
única chimenea tradicional que se conserva en todo el pueblo.
Para concluir este rápido paseo por nuestro pueblo no podemos hacerlo
sin mencionar el interesante conjunto iglesia-abadía al cual le
dedicaremos un apartado específico en el que se especificarán más en
detalle las características de la Iglesia de San Martín de Oliván.
El nombre de las casas existentes en la actualidad y su habitabilidad
queda resumido en el siguiente listado:
- Casa Piquero: Cerrada - Casa O Pallar: Rehabilitada en 2003
- Casa Capitán: Abierta - Casa Patrón: Rehabilitada en 2005
- Casa Salvador: Cerrada - Casa Azón: Abierta
- Casa Susín: Rehabilitada en 1991 - Casa Marina: Abierta
- Casa Marina 1: Rehabilitada en 2001 - Casa Marina 2: Rehabilitada en
2008
- Casa Carlos: Cerrada - Casa Chuán: Abierta
- Casa Diego: Abierta - Casa Canela: Cerrada
- Casa Félix: Abierta - Casa Hilario: Abierta
- Casa Hilario 1: Rehabilitada en 2006 - Casa Ferrero: Abierta
- Casa Colorao: Abierta - Casa Ramiro: Construida en 2007
Un tesoro mozárabe
Olivan tiene el privilegio de contar con una iglesia incluida dentro del
conjunto de Iglesias de Serrablo. La de Oliván está dedicada a San
Martín y data del siglo X-XI. Fue rescatada de su estado ruinoso gracias
al empeño y esfuerzo de la Asociación Amigos de Serrablo, quien a pesar
de sus escasos recursos consiguió restaurarla en 1977.
La iglesia original presenta una nave rectangular con el ábside
ultrasemicircular cubierto por una bóveda de horno. Este ábside muestra
en su exterior un conjunto de hasta siete arcusaciones murales ciegas,
coronadas todas ellas por un friso de baquetones de disposición
longitudinal. Hacia el siglo XVI esta iglesia fue ampliada en su lado
meridional añadiéndole una nueva nave. La unión de la nave original y la
ampliada quedó resuelta por una airosa arcada de medio punto de
dimensiones generosas. Su torre campanario no ha llegado hasta nuestras
días con su diseño original, que quizás pudiera recordar algo a la
vecina iglesia de Lárrede. No está documentada ni la causa ni el
momento, pero la torre de nuestra iglesia sufrió importantes
modificaciones en un momento dado, llegando hasta nuestros días el
aspecto que todos conocemos.
Cada domingo, tal y como mandan los cánones, se celebra en su interior
la respectiva misa. Puntualmente, esta iglesia también ha acogido otras
celebraciones como bodas o bautizos. En la década tanto de los 80 como
de los 90 se celebraron en la misma sendas celebraciones religiosas
siguiendo el rito mozárabe, el habitual en estas montañas hasta que el
Vaticano ordenó su celebración siguiendo el rito romano. Al sur de la
iglesia se levanta un edificio particular que en su momento fue la
abadía. Rehabilitado con sumo gusto hace ya años, ambas construcciones
conforman un conjunto arquitectónico singular y esbelto pues queda
aislado del resto del núcleo de Oliván.
Pero nuestro pueblo, cuenta con el privilegio de disponer dentro los
límites de sus montes con otro edificio adscrito al conjunto de iglesias
mozárabes de Serrablo. Se trata de la ermita de San Juan de Busa. Según
quedó documentado en su momento, sobre este punto se levantó un pequeño
poblado que durante la edad media, hacia el siglo XII aproximadamente,
quedó amortado como consecuencia de alguna epidemia. Ciñéndonos a la
ermita propiamente dicha y siguiendo el criterio de los entendidos,
parece ser que su construcción quedó inconclusa por carece de
torre-campanario. Por lo demás, puede decirse que su aspecto apenas ha
sufrido alteraciones, presentando una nave rectangular de pequeñas
dimensiones, cubierta con una techumbre de madera bajo la cual queda
protegido su ábside semicircular.
El interior de su nave presenta dos pares de columnas adosadas, de doble
fuste, con otro par de un solo fuste. Su ábside también presenta
arcusaciones murales ciegas, cinco en concreto, y su respectivo friso de
baquetones. En su muro orientado al oeste puede contemplarse una
exquisita ventana ajimezada compuesta por tres arcos de herradura. Se
trata de un ejemplo único no repetido en el resto de iglesias mozárabes
de Serrablo. Quizás por eso fue escogida en su día por la Asociación
Amigos de Serrablo como anagrama oficial para su asociación. La puerta
de entrada a esta ermita presenta asimismo un arco de herradura
enmarcado por una arcada profusamente decorada.
Esta ermita fue restaurada en dos fases, una en 1975 y la otra en 1977.
A partir del momento en que esta ermita quedó restaurada y apta para
realizar en ella celebraciones religiosas, cada año, para la festividad
de San Juan acuden a la misa celebrada con la motivo los vecinos de
Oliván y Lárrede, además de los descendientes de los núcleos abandonados
de Susín y Casbas.
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